Hace rato que me bañé, de repente, llegó un recuerdo. Muchas personas me han dicho que huelo a bebé. Sí, mi aroma personal es raro y rico. Al ponerme la pijama percibí mi propio humor y me dieron ganas de comerme a besos. Jo. Añoré regresar a la infancia en la cual mi único problema era ponerme el uniforme del preescolar sin caerme de sueño. Duele mucho crecer y la responsabilidad apabulla. Es increíble cómo se pasa el tiempo, no lo puedo alcanzar y me aterra quedarme sola en el camino. La madurez está aquí y sólo quiero seguir oliendo a bebé.