
Vuelven los peces a agitar la noche en el borde umbrío de nostalgias, el recuerdo de tu última partida sobre el fugaz polvo de la tierra.
Marlene Pasini
Es un día lluvioso, estoy frente a un escritorio con la mente llena de tu recuerdo. No sé cómo volviste a mi pensamiento sobre todo porque hace días, a pesar de la herida, ni siquiera logré recrear tu rostro. Ahora me pregunto si en este momento sientes la misma nostalgia que yo, una melancolía angustiante, una tristeza oprimida por el tiempo y la distancia. ¿Sabes?, tengo muchas ganas de llorar, de volver a ese camino por el cual iba a tu lado, fuimos tan cómplices… El tiempo de la cuestión se esfumó desde hace mucho, sin embargo hoy estás aquí rondando con tu sombra y mostrándome imágenes de un ayer que creí feliz y próspero, por favor vete y no regreses, no te imaginas cuánto puedo llegar a extrañarte todavía…